Una mujer intensa, frágil,
buscando un milagro
Con
motivo de la próxima presentación de "La Mujer puerca",
Telón Pampeano conversó con Leticia Hernando y Sol Riscossa,
directora e intérprete respectivamente. Te invitamos a sumergirte en
los entretelones de la puesta en escena de esta obra potente y
cautivadora.
Por Viviana Cavalié
Nos adentramos en los distintos
aspectos del trabajo realizado -junto a un sólido equipo de trabajo-
por estas dos mujeres tenaces y talentosas que le ponen cuerpo y alma
a esta obra que ya ha presentado ocho funciones en La Pampa. Éste es
el intercambio que mantuvieron con Telón Pampeano.
LETICIA HERNANDO
- ¿Qué te cautivó de "La Mujer puerca" para
llevarla a escena?
Apenas conocí la obra sentí mucha
empatía con este personaje. En un momento ella dice que hay dos
tipos de chicas: las que se sientan adelante y las del fondo, las
deslucidas, las chicas del montón, y algo de eso me conmovió. Ella
fue una niña que anheló un milagro doméstico, que lo buscó y que
repleta de fe hizo cosas para merecerlo, pero pareciera que no es
digna de recibir ni siquiera un milagro “pobre”, esas cosas
siempre le pasan a otra gente, a ella no…
La Mujer Puerca es intensa, frágil, bella, con sentido del humor,
destinada a dar placer sin poder recibirlo nunca… como si ella no
fuera “digna del amor”.
Es un texto muy potente y sin dudas, yo buscaba hablar del injusto
destino, el cual creo que a veces condena a las personas a
permanentes encerronas, a vivir como si estuviesen endeudadas, como
si tuvieran que dar, que pagar todo el tiempo alguna cosa. Personas
señaladas, estigmatizadas, en donde apuntan todos los prejuicios…
y que por lo general carecen de la suerte, de algún tipo de premio,
de algún milagro, aunque sea un “milagro doméstico”.
Yo quería hablar de cosas que ya estaban escritas en esta obra y
por eso tuve deseos de llevarla a escena.
- ¿De qué habla la obra? ¿Cuáles son los temas
centrales?
Una mujer huérfana, nos cuenta anécdotas de
pueblo, nos relata apariciones, milagros y su infancia en la casa de
una tía, con sus primos. También nos habla de su presente como
mujer adulta, en donde dar placer pareciera ser un deber, un
sacrificio, y recibirlo algo inmerecido.
Para esta mujer, el
sufrimiento y la entrega ciega son el camino a la felicidad, al amor,
a eso que no le llega nunca.
La obra habla de una mujer de la periferia, que camina por los
bordes buscando una fuga, un poco de luz y de sentido. Una de esas
mujeres a las que no les prestamos atención, a las que el sistema
abandona y nosotres miramos para otro lado. Es una obra tierna pero
que duele.
- ¿Te resultó fácil dar con la actriz que la
interpretase, en este caso Sol Riscossa?
A Sol la vi en
un personaje exquisito, en la obra “Ceremonia de cuerpos
abandonados” y la conocía por haber intercambiado algunas charlas.
Un día me escribe por Facebook pidiéndome “que yo traiga” a
Santa Rosa “La Mujer Puerca”…. y le dije que de ninguna manera
iba a traer esa obra, porque la iba a dirigir yo… y que me
encantaría que ella la interpretara… Me dijo que sí, y ahí mismo
acordamos empezar a ensayar en febrero del año siguiente, como nueve
meses después de esa conversación… Así que puedo afirmar que no
pensé en otra actriz más que en Sol, para este personaje… y hoy
en día no me imagino la obra interpretada por otra persona.
- Esta es tu segunda obra como directora. Más allá de
que ambas son unipersonales interpretados por una mujer ¿Hay algunos
puntos en común entre las dos obras?
En ambas obras hay
una puesta intimista, en donde actriz y público están muy cerca. Si
bien el sentido es diferente, porque en “Harina” eso tenía que
ver más con lo cálido, con esas historias que se cuentan en una
cocina, y en “La Mujer Puerca” la cercanía se asemeja más a los
interrogatorios, a esas reuniones con instituciones que citan a las
mujeres para juzgarlas y hacerles perder más tiempo todavía… Y
quizás también con esta puesta se busca esa cercanía para poder
empatizar, para escuchar de cerca, para no mirar para otro lado…
Igualmente no es la intención molestar a nadie, ya bastante
interpela el texto, pero creo que lo espacial también opera sobre la
manera de decir, y eso también me gustó.
- ¿Cómo fue el proceso de trabajo?
Un año
de ensayos tuvimos, en donde en un principio trabajamos mucho sobre
las intenciones, sobre lo que estábamos diciendo con cada palabra…
Fuimos muy respetuosas, cuidando siempre de no caer en lugares
comunes, ni en estereotipos.
Veíamos que nos faltaba alguien que colabore con el estudio del
texto y la asistencia y ahí la llamamos a Barbara Maldonado, que más
allá de su trabajo con el libro se hizo responsable de la
iluminación y por supuesto que siempre realizó aportes
significativos en cada ensayo.
A medida que ésto ocurría, íbamos experimentando cuestiones
escénicas, probando mucho y me di cuenta que no tengo tantas
herramientas para todo lo que respecta al movimiento y trabajo
corporal y fue ahí donde la convoqué a Lía Espain, quien desde su
experiencia y sapiencia, trabajó más sobre el cuerpo de este
personaje y por supuesto que se volvió fundamental con su mirada.
El trabajo de composición que hizo Sol fue realmente en detalle,
trabajando cada parte de su cuerpo, de la respiración, componiendo
esas “marcas” que esta mujer lleva consigo. Ella tiene pequeños
“ritualitos” antes de cada función, que me emocionan y con los
cuales pareciera que agradece poder hacer teatro y a la vez me da la
sensación de que pide permiso para encarnar a todas esas “Mujeres
puercas” que conocemos.
Este equipo de cuatro, contempla plenamente el cupo femenino, y
eso también es importante en esta obra.
- ¿Qué
buscás provocar en el espectador? ¿Pensás que estás
ejerciendo algún tipo de crítica con esta obra?
Me
interesa movilizar, y que de ahí se le vengan a cada persona
distintas sensaciones… Pero yo creo que a cada quien se le vienen
cosas diferentes, y eso está buenísimo, que pasen cosas, sea lo que
sea. Me parece que si en una hora podemos sonreír, conmovernos, y
por ahí que se caiga alguna lágrima, ya es un montón.
Ah! y por supuesto que me interesa que si alguien del público
trabaja en alguna institución de esas que atienden a mujeres a las
que se les patean los derechos, y repiensa su rol, y reflexiona sobre
cuánto aporta desde su trabajo para que ésto mejore un poco… me
doy por hecha. Y si viene algún tipo que a veces o seguido paga por
tener sexo con una mujer, y viendo esta obra se hace algunas
preguntas y revisa eso, también sería gratificante. Y si alguien
que tenga un cargo político se replantea si en su gestión llevó a
cabo alguna política pública para mejorar la vida de las personas….
Si eso llegara a pasar con alguien que vea esta obra, imagínate que
me puede llegar a dar asma de la emoción.
Con “La Puerca” estamos haciendo una crítica a un sistema
inoperante y perverso que rige la vida de muchas personas buenas,
alegres, nobles, trabajadoras, pero con un destino en donde todo se
les hace cuesta arriba.
- ¿Cómo la ha recibido el público en estas ya 8
presentaciones llevadas a cabo?
Estoy sorprendida y muy
feliz que en cada función haya gente que espere para poder
saludarnos y siempre decir algo… muchas personas nos cuentan ahí
no más qué cosas las movilizaron… eso me llamó la atención para
bien, me pone muy contenta.
- ¿Cuáles son tus expectativas con respecto a la
obra?
Creo que todo el equipo disfruta de este camino de
“obra en cartel”, es divertido y nos entusiasma mucho. Así que
personalmente mis expectativas y mi deseo es que podamos tener muchas
funciones por delante.
SOL RISCOSSA
- ¿Cómo fue tu acercamiento al teatro?
Me
acerqué por primera vez al teatro cuando de niña mi mamá nos
llevaba a mis hermanos y a mí a sus ensayos, funciones y giras de
teatro vocacional. Pero en Quemú por esa época no había talleres
de teatro para niñxs así que durante la niñez y adolescencia
estudié danza y mi vínculo con el teatro eran las obras y concursos
escolares y cualquier cosa que se le asemejara. Con el teatro me
encontré formalmente hace 10 años, cuando me mudé a Buenos Aires y
me animé a hacer todo lo que había dejado colgado. Desde entonces
me he formado en diferentes ámbitos y con distintos grupos y
personas en Buenos Aires y acá en La Pampa.
- ¿Te sedujo enseguida el texto de la obra?
Creo
que antes que el texto me sedujo el título, que me impactó y
despertó muchas asociaciones, lecturas y sensaciones. Y digamos que
a partir de esa primera aproximación la seducción fue en aumento,
con sus idas y venidas, a medida que avanzábamos con el trabajo. Y
nunca dejo de encontrar cosas nuevas.
-
¿Es la primera vez que haces un unipersonal?
Es la
primera vez que hago un unipersonal, sí. Y eso fue y es todo un
desafío. Pero LA PUERCA es un trabajo en equipo, y mi aporte como
actriz es un engranaje más. Eso me hace sentir segura y acompañada.
También por el público, que completa el laburo y por la puesta que
elegimos está muy cerca y se involucra.
- ¿El personaje que interpretás, en qué sentido te
moviliza?
Siempre digo que yo también soy “la puerca”,
que todas somos “la puerca”. Me identifico con muchos sucesos de
su vida y eso me moviliza. Me moviliza su historia y la necesidad de
que sea contada, hecha pública, gritada. La puerca es una mujer
buscando un milagro pero es sobre todo una víctima del sistema, que
hace lo que puede. Y esa es una verdad que grita en la obra. Eso me
moviliza profundamente.
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FICHA TÉCNICA
Dramaturgia: Santiago
Loza http://www.telonpampeano.com.ar/index.php/musica-3/8752-una-mujer-intensa-fragil-buscando-un-milagro?fbclid=IwAR1es__tuBB7ppI9qsdlWMlUYeVCMeHWL_nSf868RwYvA7EcxffsQv2HB_Y
Actúa: Sol Riscossa
Dirección: Leticia
Hernando
Co-Directora: Lía Espain
Asistente y operación
técnica: Bárbara Maldonado
Gráfica: Mariela Inés
González
Fotografía: Lía Espain
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